MAQUINCE GÓMEZ

MACONDO
Pueblo que dibuja sus mañanas,
que pinta sus mujeres,
que esculpe sus valientes varones,
que borra sus desdichas.

En ese pequeño espacio íntimo,
encontró momentos de alegría,
diminutas sensaciones de paz,
lejos del caos y la envidia,
justo ahí,
en la entrega del amor,
surge el origen de todo.

La causa que perfecciona los aires,
la que va hacia la frondosa realidad de un sueño,
esa misteriosa onda que el silencio no contiene,
esa mistral chispa que le da el plus a la valentía,
la única verdad que el hombre descubre,
emblema de una cadena de vida,
la justa causa de la injusta muerte,
el marchamo de una caricia.



POR LA JUSTICIA
Los ríos se negaron a seguir navegando,
las aves a seguir cantando,

las rosas a seguir floreciendo

y la vida a seguir muriendo.


Hasta la naturaleza se dio cuenta de la injusticia.


Los coroneles,

en banquetes se servían el trabajo agrícola,

parecían contentos,

parásitos de lo ajeno,

convencidos de ser dioses

colmando la vida de males, de demonios,
de ignorancia, de abundante pobreza.


Durante bastos siglos

así fue…


Un día,

el tiempo se llenó de cólera,

el aire ya no olió a miedo,

un pueblo se unió clamando paz.


La humildad del campesino,

en aras de justicia,

resurgió valiente,

capaz de alzar la voz con agallas.

Obligados a defender lo correcto

debían arrancar al militar corrupto de raíz.


La violencia indiferente

enfrentó al espíritu de la revolución:

El fusil cegaba años de esperanza,

la flor amarilla acompañaba los sepulcros,

las cruces aparecían en cementerios clandestinos…


La verdad se lamentaba,

se negaba la primicia del oprimido: justicia.


La esperanza se alianzó con los sueños.

Planes sanguinarios

soterraron bajo tierra al insurgente,

las luces se apagaron,

fue el ocaso del sol.


¡Que se aclaren, para que amanezca!

Solo una firma

nos separa de aquellos días violentos.

Hoy,

pareciera que nadie se quiere recordar de ellos.


Los actos cobardes

en condena deben juzgarse,

penalmente deben imputarse

y la gloria debe resarcirse.


La patria que se soñó
no se ha conseguido,
la justicia apenas está brotando,
el horizonte se está esclareciendo.
¡El amor por la paz y justicia debe triunfar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario