MACONDO
Pueblo
que dibuja sus mañanas,
que
pinta sus mujeres,
que
esculpe sus valientes varones,
que
borra sus desdichas.
En
ese pequeño espacio íntimo,
encontró
momentos de alegría,
diminutas
sensaciones de paz,
lejos
del caos y la envidia,
justo
ahí,
en
la entrega del amor,
surge
el origen de todo.
La
causa que perfecciona los aires,
la
que va hacia la frondosa realidad de un sueño,
esa
misteriosa onda que el silencio no contiene,
esa
mistral chispa que le da el plus a la valentía,
la
única verdad que el hombre descubre,
emblema
de una cadena de vida,
la
justa causa de la injusta muerte,
el
marchamo de una caricia.
POR LA JUSTICIA
Los
ríos se negaron a seguir navegando,
las
aves a seguir cantando,
las
rosas a seguir floreciendo
y
la vida a seguir muriendo.
Hasta
la naturaleza se dio cuenta de la injusticia.
Los
coroneles,
en
banquetes se servían el trabajo agrícola,
parecían
contentos,
parásitos
de lo ajeno,
convencidos
de ser dioses
colmando
la vida de males, de demonios,
de
ignorancia, de abundante pobreza.
Durante
bastos siglos
así
fue…
Un
día,
el
tiempo se llenó de cólera,
el
aire ya no olió a miedo,
un
pueblo se unió clamando paz.
La
humildad del campesino,
en
aras de justicia,
resurgió
valiente,
capaz
de alzar la voz con agallas.
Obligados
a defender lo correcto
debían
arrancar al militar corrupto de raíz.
La
violencia indiferente
enfrentó
al espíritu de la revolución:
El
fusil cegaba años de esperanza,
la
flor amarilla acompañaba los sepulcros,
las
cruces aparecían en cementerios clandestinos…
La
verdad se lamentaba,
se
negaba la primicia del oprimido: justicia.
La
esperanza se alianzó con los sueños.
Planes
sanguinarios
soterraron
bajo tierra al insurgente,
las
luces se apagaron,
fue
el ocaso del sol.
¡Que
se aclaren, para que amanezca!
Solo
una firma
nos
separa de aquellos días violentos.
Hoy,
pareciera
que nadie se quiere recordar de ellos.
Los
actos cobardes
en
condena deben juzgarse,
penalmente
deben imputarse
y
la gloria debe resarcirse.
La
patria que se soñó
no
se ha conseguido,
la
justicia apenas está brotando,
el
horizonte se está esclareciendo.
¡El
amor por la paz y justicia debe triunfar!
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